Publicado el 10 febrero, 2010 por bitacoradegalileo
¿QUÉ SON LOS CÚMULOS ABIERTOS?
Los cúmulos abiertos son grupos de decenas, cientos o miles de estrellas originadas en la misma nube de gas. Muchas veces el gas ha desaparecido, en todo o en parte, debido a la radiación emitida por las estrellas más brillantes y su aspecto es el de un salpicón irregular de puntitos luminosos, sin estructura y en general asimétricos.
Las estrellas que albergan suelen ser jóvenes (unos cientos de millones de años; compárese con los 4.000 millones del Sol), masivas y muy calientes.
Están esparcidas en tamaños del orden de la treintena de años-luz, y lentamente se van dispersando por el efecto de marea producido por el centro de la Vía Láctea, de manera que al paso del tiempo -millones de años- las estrellas que lo forman se irán mezclando con el resto de la galaxia. Los cúmulos abiertos se conocen también con el nombre de cúmulos galácticos.
Traemos aquí, como prominentes ejemplos, de arriba a abajo y por este orden, el Cúmulo de Ptolomeo en la constelación de Scorpio, el espectacular Cúmulo Doble en Perseo y el Pesebre (Praesepe en latín), o Cúmulo de la Colmena, en Cáncer.
Pero hoy centraremos nuestra atención en el magnífico cúmulo de Las Pléyades, en la constelación de Tauro, que es sin duda el más conocido, brillante y hermoso de todos ellos.
LAS PLÉYADES ESTÁN EN TAURO
Tauro es una constelación del Zodíaco ideado por los antiguos babilonios, cuyo nombre en latín (Taurus) significa toro. Destaca en el cielo del invierno boreal, entre Aries al oeste y Gemini al este, su antecesora y sucesora en el Zodíaco, respectivamente. Al norte se encuentran Perseo y el Auriga; al sureste está Orión, y al suroeste la contelación del río Eridanus y Cetus, la Ballena.
En esta fotografía vemos el cielo nocturno en la ciudad de Buenos Aires (34º S de latitud, la misma que Ciudad del Cabo, en Sudáfrica), en el crepúsculo matutino del 30 de junio. Todos los astros que aparecen están en el orto, es decir, acaban de salir por el horizonte este, y se dirigen a su tránsito en el norte. Hamal, la principal estrella de Aries, es la que más alta está, mientras que Gemini aún está bajo el horizonte. Los habitantes del Hemisferio Norte notarán la posición de Orión, justamente al contrario de como suelen verla en sus latitudes habituales, pues las estrellas que representan los pies del gigante cazador, Rígel y Saiph, son las que más altas están, mentras que Sirio y Aldebarán ocupan posiciones opuestas a como las ven los boreales. La Luna está en conjunción con Las Pléyades, cosa nada extraña, como se verá.
La estrella principal de esta constelación es Aldebarán (Alpha Tauri), una gigante rojo-anaranjada de magnitud +0.87, que es la decimotercera más brillante de todo el cielo nocturno; El Nath (Beta Tauri) o Al Nath es una gigante blanco-azulada de magnitud +1.68. En esta constelación son famosas, además de las Pléyades, la Nebulosa del Cangrejo (M1), que vemos a la derecha, y las Hyades, otro cúmulo abierto en la misma línea visual que Aldebarán, aunque esta estrella no forma parte del cúmulo, ya que se encuentra a medio camino.
EL CÚMULO ABIERTO DE LAS PLÉYADES (M45)
Las Pléyades o Pleiades (Palomas en griego), es un objeto visible sin ayuda óptica, situado en un costado de la Constelación de Tauro. Recibe también la denominación de Messier 45 o M45, pues Charles Messier las incluyó con esa numeración en su Catálogo de objetos molestos, en 1769. Otros nombres que han recibido de la tradición popular son Las Siete Hermanas o Las Siete Cabrillas.
Se trata de un grupo de estrellas, un total aproximado de 500, muy jóvenes (unos 100 millones de años), que se encuentra a unos 400 años-luz de distancia, oscilando esta cifra según las fuentes consultadas. El cúmulo tiene unos 12 años-luz de diámetro, y ocupa en el cielo un ángulo de unos 110 minutos de arco, lo cual equivale a casi cuatro veces la Luna llena,
con la que protagoniza frecuentes conjunciones, como vemos a la izquierda, así como con el resto de planetas del Sistema Solar, debido a que se encuentra a sólo 5º de la eclíptica (la línea que describen la Luna y todos los planetas en su órbita).
Esta circunstancia produce bellísimos efectos de aproximación entre los astros, que son muy aprovechados por los aficionados a la astrofotografía. A la derecha Las Pléyades están en conjunción con Venus.
Las estrellas más brillantes del cúmulo son de color blanco-azulados, y tienen un tamaño equivalente a cinco veces el del Sol. Las principales estrellas son Alcyone (magnitud 2.87), Atlas (3.63), Electra (3.7), Maia (3.87), Merope (4.18), Taygeta (4.3), Pleione (5.09), Celaeno (5.46), Tau 18 (5.64), Asterope I (5.76) y Asterope II (6.43).
El cúmulo está envuelto por una nebulosa, que se hace más patente en las proximidades de las estrellas más luminosas, y alcanza su máxima prominencia envolviendo a Mérope, circunstancia que tendrá importantes consecuencias en el ámbito mitológico alrededor de este bellísimo cúmulo, como veremos enseguida. Las estrellas del cúmulo se separan paulatinamente, y se calcula que dentro de 250 millones de años no existirán como tal, separándose y convirtiéndose en estrellas individuales (o múltiples en su caso).
HISTORIA Y MITOLOGÍA
Las Pléyades son mencionadas en el Mahábharata, la Ilíada y la Odisea de Homero, y por tres veces en la Biblia. Constituyen la base del calendario Maya, para cuya tradición se trata de 400 guerreros cuyas almas fueron puestas en el cielo tras ser muertas por Zipacna el soberbio.
Para la tradición clásica helenística, las Pléyades son las siete hijas de Atlas Y Pléione, hermanas entre otras de las Hyades, que tras ser perseguidas durante años por el gigante Orión, pidieron ayuda a Zeus, quien las convirtió en palomas, tras de lo cual se posaron sobre el lomo del Toro (Constelación de Tauro), que se constituye así en guardián de las hermanas. Mérope, avergonzada tras ser violada por el gigante, se esconde tras su propia nebulosa.
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