Publicado el 21 marzo, 2010 por bitacoradegalileo
No se ha equivocado de página, no se preocupe. Ésta sí es una página de Astronomía, y no de cine, aunque parezca lo contrario por su título y encabezamiento. Pero estos cuatro caballos tienen nombres de estrellas, y aquí nos interesa todo lo que suene parecido.
Judá Ben Hur (Charlton Heston) visita al jeque Sheik Ilderim (Hugh Griffith), un potentado comerciante árabe dueño de una cuadriga de caballos, y después de una opípara cena, el anfitrión se despide de sus caballos, dándoles las buenas noches en una escena enternecedora:
«Ajajá, aquí están mis niños… descienden de los veloces corredores árabes de los primeros faraones. Les he puesto nombres de estrellas. Bueno, Antares, tú eres el más lento pero puedes correr todo el día sin cansarte… ¿eh?. Sí, sí; sí, te quiero a pesar de todo; jejé, mi buen Antares. Ven, Rigel, los dos hemos cenado bien y el mundo es agradable. Bien, mi buen Rigel. Ooh (a Altair), sí, ya sé que tienes mucho sueño, jejé, tu trabajo ha terminado por hoy ¿eh?. ¡Ah!, bueno, podrás irte a dormir dentro de un momento. Buenas noches, buenas noches, precioso. ¡Oooohh, ah!, sé juicioso, Aldebarán. No, no creas que me he olvidado de ti. Tú eres el más veloz, pero tienes que ser también formal. jajajaja… … Vamos, Antares, Rigel, ya es tarde. Altair, Aldebarán, ¡a dormir!. Tenéis que estar fuertes, y correr veloces. Descansad, hijos míos, descansad.»
Pues bien, he asistido a muchas tertulias entre amigos, donde se hablaba de esta escena, y todos intentaban recordar los nombres de los caballos y, por ende, de las estrellas. Hoy invito al lector a dar un paseo por las cuatro luminarias, así como a una mirada a sus respectivas constelaciones. Vamos a ello sin más preámbulo, en el mismo orden en que fueron presentados en el film.
ANTARES, en Scorpius
La constelación de Scorpius o Escorpio, a la que pertenece esta estrella, es una de las doce que componen el Zodíaco. Su declinación (40ºS), hace que no sea visible en latitudes superiores a 40ºN. Desde Cádiz (España) se observa muy baja en el horizonte Sur de los meses centrales del año. Antares es su principal estrella, pero también Shaula brilla con fuerza. El cúmulo de la Mariposa y la nebulosa del Insecto son dos de los objetos de cielo profundo presentes en el Escorpión.
Antares, es el nombre del primer caballo a la derecha del espectador en la película. Es la principal estrella de la constelación de Scorpius, como queda dicho, y por eso recibe también la denominación de Alpha Scorpii. Se trata de una supergigante roja (tipo espectral M1) variable, situándose su magnitud media en +0.96, lo que la convierte en la 15ª más brillante del Cielo nocturno. Su nombre (Anti-Ares) significa El opuesto a Ares, nombre griego de Marte, pues su color rojizo y las frecuentes aproximaciones entre ambos astros los hacía aparecer como rivales. En la imagen se observa envuelta en su nebulosa; el cúmulo globular cercano es M4 y también aparece la estrella Rho Ophiuchi. El radio de Antares equivale a 700 veces el del Sol, y si se situara en el lugar de éste, englobaría prácticamente a todo el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter. Su distancia a la Tierra es de aproximadamente 600 años-luz.
En unos miles de años, se convertirá en supernova, dejando como remanente a una estrella de neutrones o un agujero negro.
RÍGEL, en Orión
Es el caballo que aparece a continuación de Antares, el segundo por la derecha. La estrella pertenece a la constelación de Orión, un precioso conjunto situado justo en el ecuador celeste y que se puede admirar durante los meses de invierno. Consta de varias estrellas destacadas, además de Rígel, entre las que cabe citar a Betelgeuse, Bellatrix, Saiph y las que componen el Cinturón de Orión, conocido popularmente como «Las Tres Marías», a la izquierda en la imagen. La Gran Nebulosa de Orión (M42), centro derecha, es la más conocida entre las nebulosas difusas, y es objeto de constantes atenciones por parte de los astrofotógrafos profesionales y aficionados. Otros objetos de interés son la cercana Nebulosa de De Mairan (M43), la de Cabeza de Caballo y el cúmulo de Meissa, en la cabeza del gigante cazador.
Rígel es la estrella Beta Orionis. Su magnitud aparente de +0.18 la sitúa de hecho como la más brillante de la constelación de Orión, por delante de Betelgeuse (Alpha Orionis), siendo la quinta más brillante de todo el cielo nocturno. Su distancia al Sol es de unos 860 años-luz. Se trata de un sistema estelar triple cuya componente principal es una supergigante blanco-azulada (Tipo espectral B9) con una temperatura superficial de 11.500 ºK. Brilla con una luminosidad en el espectro visible 50.000 veces superior a la del Sol y de 85.000 soles en medición bolométrica. Su radio equivale al de 84 veces el de nuestra estrella, por lo que si estuviese en el lugar del Sol, se extendería hasta la órbita de Mercurio.
ALTAIR, en Aquila
Es el siguiente caballo, situado a continuación de Rígel, el tercero por la derecha. La estrella pertenece a la constelación del Águila, una de las catalogadas por Ptolomeo, que se encuentra en el ecuador celeste y que por lo tanto es visible prácticamente desde cualquier punto de la superficie terrestre. Se trata de una constelación de verano, y el momento óptimo para observarla es durante el mes de Julio, aunque es visible durante gran parte del año.
Altair (Alpha Aquilae) es una de las tres estrellas que forman, junto a Deneb y a Vega, el Triángulo de Verano (en la ilustración) utilísima referencia de orientación estelar durante toda esa estación, y cuyo centro es Albireo, la bellísima binaria del Cisne. Altair es la estrella más brillante de la constelación del Águila y ocupa el lugar número doce en cuanto a brillo entre todas las estrellas. Su magnitud es de +0.77 y es una estrella cercana, a unos 16 años-luz del Sol. Es de color blanco (Tipo espectral A7) y muy joven, de «sólo» 630 millones de años de edad. No es muy grande, sólo unas 4 veces más voluminosa que el Sol, y constituye una doble óptica (falsa binaria), aunque su compañera es mucho más tenue, de 10ª magnitud, inapreciable a simple vista. Es variable, y su nombre, del árabe, significa águila voladora.
ALDEBARÁN, en Taurus
Tauro es una interesantísima constelación del Zodíaco babilónico, repleta de objetos atrayentes desde diversos puntos de vista. Su estrella principal, Aldebarán, es quien da nombre al caballo que está más a la izquierda en el fotograma. También es muy brillante ElNath, o Beta Tauri. Dos cúmulos galácticos, Las Hyades y sobre todo Las Pléyades (M45), convierten a Tauro en uno de los objetivos más apreciados por los aficionados. En la imagen, Aldebarán, en la parte inferior, es flanqueada por ElNath, arriba a la izquierda, y por Las Pléyades, a la derecha. La Nebulosa del Cangrejo (M1), una remanente de la supernova que explotó en el año 1.054, completa un muy atractivo «reparto», ya puestos en símiles cinematográficos. Tauro es visible hasta los 65ºS de latitud, y es una constelación del invierno boreal. El mes de enero es el más indicado para su contemplación y estudio.
Aldebarán (Alpha Tauri) es, como se ha dicho, la estrella más brillante de esta importantísima constelación. Hablamos de una gigante anaranjada (Tipo espectral K5), de unos 4.000 ºK de temperatura superficial, que se encuentra en la misma línea visual que el bonito cúmulo de las Hyades, pero que no pertenece a él, pues está a medio camino, mucho más cerca de nosotros que el cúmulo. Su nombre en árabe significa «la que sigue», en alusión a que parece perseguir a Las Pléyades en su desplazamiento por el cielo nocturno. Está a una distancia aproximada de 65 años-luz, y su magnitud visual es de +0.85, lo que la convierte en la decimotercera más brillante del firmamento. Aldebarán se encuentra situada justo al norte de la eclíptica, lo que produce que la Luna la oculte con frecuencia.
Es una estrella binaria, pues posee una compañera muy tenue, de magnitud +13.5, una enana roja que sólo tiene la séptima parte de la masa solar.
La sonda Pioneer 10 llegará a Aldebarán dentro de 1.690.000 años, pero ya en la actualidad sus señales han dejado de llegarnos, debido al debilitamiento de sus fuentes de energía.
En fin, amigo lector, eso es todo. Prometí un artículo de Astronomía, y no cinematográfico, y creo haber cumplido el pacto. Lo que espero ahora es que no se haya aburrido con su lectura.
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