Anotaciones de observación astronómica elemental

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Júpiter y los satélites galileanos.

Publicado el 21 julio, 2010 por bitacoradegalileo

Casi dos veces y media más masivo que todos los demás planetas juntos (318 veces la masa de la Tierra y el triple de la de Saturno), Júpiter es el planeta más grande de los que integran el Sistema Solar. Su diámetro es once veces mayor que el de la Tierra. Si su tamaño hubiera sido sólo un poco mayor, nuestro sistema estaría compuesto por dos estrellas (El Sol y Júpiter mismo) en lugar de sólo una. Su brillo en el cielo sólo es superado por el Sol, la Luna y Venus, y casi siempre es más luminoso que Marte. Es el gigante entre los gigantes, un Sistema Solar en miniatura, por su tamaño y sus 63 satélites, todo un mundo gaseoso e inmenso.

Júpiter es uno de los siete astros errantes (planetes) conocidos desde la antigüedad que giraban alrededor de la Tierra, en la concepción geocéntrica aristotélica y ptolemaica, vigente hasta el modelo de Nicolás Copérnico. Los otros seis eran La Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte y Saturno. En el fondo estaban adosadas las estrellas, que por eso permanecían firmes en el mismo lugar (el firmamento).

Hoy sabemos, sin embargo, que Júpiter es el quinto de un conjunto de planetas, hasta ocho, que giran alrededor del Sol, una estrella enorme si la comparamos con cualquiera de esos ocho astros. El gigante joviano tiene una masa menor de la milésima parte de la del Sol, del que lo separa una distancia de casi 780 millones de kilómetros, equivalentes a 5.2 ua (1 ua o unidad astronómica es la distancia media entre la Tierra y el Sol, es decir, aproximadamente 150 millones de kilómetros).

Clasificación y estructura

Júpiter es uno de los cuatro planetas gigantes gaseosos, y esto ya nos dice dos diferencias fundamentales con la Tierra: en cuanto a tamaño, y en cuanto a su composición y estructura fisicoquímica. Pertenece al grupo de los planetas gigantes exteriores, junto a Saturno, Urano y Neptuno y es, como queda dicho, el más grande de todos. Pero también se diferencia de los planetas enanos interiores en que éstos tienen una superficie sólida, y son llamados por ello planetas rocosos. En el caso de Júpiter y de los otros tres, su superficie es completamente gaseosa siendo impensable por eso posar una nave sobre ella. Ambos grupos están separados por el cinturón de asteroides (entre las órbitas de Marte y de Júpiter), importante circunstancia como se verá cuando hablemos de los satélites.

El planeta está envuelto por una atmósfera de unos 1.000 km de espesor, compuesta por hidrógeno y helio, aunque a este gas sobrevuelan nubes de metano y amoniaco cristalizados. Más al interior hay un manto, también de H y He, aunque en estado líquido, que se vuelven metalizados en otra capa más interna. En el centro, un núcleo de hierro y níquel, similar al terrestre aunque mucho mayor.

En la superficie, Júpiter soporta temperaturas en torno a -130 ºC, que se suavizan en el interior, hasta unos 30 ºC a 70 km de profundidad. El núcleo, sin embargo, sí está a altas temperaturas.

Observación

A simple vista, Júpiter aparece como un punto muy luminoso, con magnitud visual de -2.94, dominando con su brillo constante la región del cielo que ocupe. Este brillo no parpadea como el de las estrellas, siendo esta característica esencial para su diferenciación de estos últimos astros. El planeta suele verse con frecuencia en conjunción tanto con la Luna como con el resto de los planetas del Sistema Solar, generando escenas espectaculares. En la fotografía, Júpiter aparece a la derecha, en conjunción con la Luna y con Venus, que están justo sobre el templo de Poseidón, en Atenas.

Con ayuda de un pequeño telescopio, se puede apreciar un disco de hasta 49 segundos de arco de tamaño aparente, bastante achatado debido a su elevada velocidad de rotación, pues el día joviano sólo dura 11 horas, a pesar del gigantesco tamaño del planeta. Esto produce también fuertes vientos en su atmósfera, que originan bandas oscuras paralelas al ecuador, alternando con otras zonas más claras, fácilmente discernibles en el ocular del aparato. También será apreciable la Gran Mancha Roja, que es un enorme anticiclón que dura ya más de un siglo, aunque la observaremos o no dependiendo de la rotación del planeta.

Satélites

Júpiter posee no menos de 63 satélites, aunque muchos de ellos son simples pedruscos o asteroides procedentes del cinturón aledaño. Este hecho no es extraordinario, pues es más que probable que Phobos y Deimos, los dos satélites de Marte, tengan el mismo origen. Algunos de estos astros, en cambio, merecen especial atención.

Al observar a Júpiter con el telescopio, podremos distinguir fácilmente hasta cuatro puntos brillantes, de quinta magnitud, repartidos a lo largo de su plano ecuatorial. Son sus cuatro lunas más brillantes, llamadas satélites galileanos por atribuirse su descubrimiento al astrónomo pisano de origen florentino. Se trata de Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.

Como estos cuatro astros dan vueltas alrededor del planeta, como se espera de cualquier satélite, no es de extrañar que cuando usted los observe alguno esté oculto detrás o en tránsito delante del gigante, por lo que sólo distinguirá a tres. No se preocupe, inténtelo en otro momento, y los verá a todos. Veámoslos, ordenados según su proximidad al planeta.

Io es el más cercano de los cuatro. Las «fuerzas de marea» producidas por la atracción gravitatoria de Júpiter y de las otras lunas originan en él un vulcanismo peculiar, debido al calor generado por las subidas y bajadas de su superficie por las fuerzas gravitacionales (hasta 100 metros). Estos volcanes arrojan al exterior un magma integrado por compuestos sulfurosos. Su diámetro es de 3.630 km y su magnitud visual de +5.0.

Europa es algo menor que Io, con sus 3.140 km de diámetro, y el siguiente más cercano al planeta. Como los otros dos que siguen, su superficie está cubierta por hielo de agua, pero parece como si hubiera una capa líquida debajo, ya que hay pocos cráteres, pero presenta abundantes canales, similares a las fracturas existentes en las cercanías del polo norte terrestre. Tiene una magnitud visual de +5.3.

Ganímedes es el satélite más grande de todo el Sistema Solar, con sus 5.262 km de diámetro, superando incluso el tamaño de Mercurio y el de Titán, la principal luna de Saturno. También es el más brillante de los satélites galileanos, con una magnitud visual de +4.6. Muestra grandes sistemas de fallas que han sido comparadas a la que existe en San Andrés en California. De los cuatro, es el tercero más alejado de Júpiter.

Calisto es el más alejado de los cuatro y tiene un diámetro de 4.800 km. Fue descubierto por Galileo un día después que los otros tres y es el menos brillante, pues tiene una magnitud visual de +5.6. Presenta una gran cantidad de cráteres y, como los dos anteriores, parece estar cubierto por hielo de agua.

Auroras boreales y australes

El grandísimo campo magnético que tiene Júpiter es capaz de captar la atmosfera ionizada expulsada por el vulcanismo de la cercana luna Ío. Esta circunstancia, unida a los efectos del viento solar, produce en el planeta auroras boreales y australes mil veces más intensas de las que podemos ver en nuestro planeta.

Mitología

Júpiter es el rey de los dioses romanos, el equivalente al Zeus de los griegos. Es el principal dios en la Tríada capitolina, junto a Juno, su esposa, y a Minerva, su hija. Es un dios justo y sabio pero temperamental. Tanto Júpiter como su equivalente Zeus fueron conocidos por su promiscuidad. De éste último sabemos bien, como ejemplo, su transformación en cisne (la constelación de Cygnus) para seducir a Leda, entre otras aventuras.


Leda et le cygne (1864), Auguste Clésinger. Musée de Picardie, Amiens.

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Hay 17 respuestas para "Júpiter y los satélites galileanos."

.Amigo galileo, Júpiter espectacular y con muchas sorpresas, con su tamaño estoy impresionada, y sus satélites galileanos son de verdad, aunque parezcan salir de un cuento están ahí, yo lo he visto. Sinceramente te agradeceré siempre, tus artículos que tanto me enseñan, saludo y que tengas noches despejadas.
Preciosa imagen, Júpiter, Venus, y la luna sobre el templo de Poseidón

Sí, se ven con facilidad desde el ocular de cualquier telescopio pequeño, y resulta una visión inolvidable, encantadora, como una danza, ¿verdad?.
Gracias, amiga Cari. Ya sabes que yo también disfruto escribiendo de estas cosas. Un beso, cielos despejados y feliz observación.

aunque poco entiendo de estas cosas (ya lo habia comentado) me encantan sus articulos,,por demas decir que son interesantes, mil gracias por compartir y enseñarnos un mucho de lo poco que sabemos beso

Con paciencia y amor a los Cielos, querida Linda, poquito a poco, todos vamos sabiendo algo más cada día, y somos conscientes de la belleza del Universo. Muchos besos.

Gali, espectacular como siempre. Júpiter es fascinante, me atrapo su atmósfera, sus auroras boreales y australes pero más que nada sus satélites. Cuanta belleza en todos y cada uno de ellos. Io y Ganímedes son maravillosos pero mis preferidos son Europa con sus hermosos canales y Calisto con sus cráteres. Gracias amigo por enseñarme algo más de este universo deslumbrante. Un abrazo

Amigo Arlequín, veo que aprecia igual que yo la belleza de todos estos astros, y eso me congratula. Un saludo muy cordial.

El grandioso Jupiter!!! Es facinante observar este gran planeta, en el telescopio se alcanzan a observar 4 de sus grandes lunas asi como lineas obscuras de su atmosfera… Siempre me ha facinado este planeta al igual que sus interesantes lunas.. Saludoss

Sí, amigo Ángel, es cierto. En el ocular de cualquier telescopio, por pequeño que sea, ya se distingue todo eso. Resulta espectacular y gratificante poderlo observar. Un saludo muy afectuoso.

amigo galileo. no e tenido tiempo. pero me hice un espacio y acabo de leer este articulo maravilloso como siempre

júpiter es mas que un planeta. significo algo mas en la historia humana. en 1610 galileo apunto con su telescopio y observo que unos «objetos extraños» danzaban alrededor del júpiter. era muy claro. el modelo de tolomeo no podía explicar esto. el valiente copernico tenia razón.

es maravilloso observar a júpiter y recordar ese momento. es el mismo júpiter que observo galileo. y que cambio esa observacion radicalmente la historia y el transcurrir de la humanidad

sus lunas el día de hoy. ya no son un puntito. gracias a las sondas espaciales. como la galileo y las voyager. hemos observados sus superficies.
io una luna en actividad volcánica por las poderosas fuerzas de marea que ejercen sobre el. júpiter y sus lunas

Europa. que podría contener un océano debajo de su corteza. ¿podría haber vida?

Ganimedes. que extraordinariamente es mas grande que mercurio. y que extraordinariamente no tiene una atmósfera notable. es grande como para tener una atmósfera decente y retener los gases. pero no es así. es un planeta desértico con muchos cráteres

y si de cráteres hablamos. calisto es el cuerpo del sistema solar con mas cráteres. fósil viviente del violento inicio del sistema solar.

si no me engaña mi memoria. el próximo año. la NASA lanzara la sonda juno. rumbo a júpiter. para estudiar su campo magnético y su atmósfera.

saludos.

¡Hola, Edgar!.
Es curiosa la historia de este descubrimiento, porque el astrónomo bávaro Simon Marius reclamó haber sido su artífice. Marius afirmaba haber avistado a los cuatro satélites varios días antes que el de Pisa, pero publicó el resultado de sus investigaciones ¡cuatro años después!. Galileo tachó al alemán de mentiroso y de haber plagiado su obra, y es posible que tuviera razón, pero hoy los cuatro astros, Io, Europa, Ganimede y Calisto, curiosamente, llevan los nombres propuestos por Marius.
Por otro lado, tal aportación supuso un verdadero problema para Galileo. La Biblia afirmaba que «todo gira alrededor del disco de la Tierra». Publicar que estos cuerpos giraban alrededor de Júpiter, y no de la Tierra, contradecía al texto sagrado incurriendo en un gravísimo delito de herejía. Tuvo que retractarse y negar esas evidencias, tras lo que se cuenta que afirmó el famoso «eppur si muove» (y sin embargo se mueve). Esto último, yo no me lo creo, pero es quizás lo más conocido del astrónomo toscano, por encima de sus importantísimos descubrimientos astronómicos.
Un abrazo, amigo Edgar, y un afectuoso saludo al noble y solidario pueblo mexicano.

Buenas tardes, Galileo!!!
Días atrás tuve el gozo y privilegio –para mí- de visitar la ciudad de Córdoba, Argentina, y en ella el Telescopio del Observatorio de la Universidad. Créase o no, hace tiempo le pedía a Dios poder observar el cielo, que tanto me gusta, a través de uno de esos aparatos. Pues bien, se presentó la oportunidad, ya que tuve que hacer un viaje por una emergencia familiar –me pagaron los gastos, puesto que no estaba en mis planes ese viaje- Estuve 4 días allí, y estaba nublado, así que también le pedí que se despeje… A la noche estaba precioso, ni una nube…mi sobrino me llevó al predio del observatorio ¡Justo era día(o noche) de visitas! Y el Astrónomo a cargo “tenía muy buena onda” como dicen. Estaban observando Júpiter. Lo vi con sus bandas y lunas… como en la fotografía de esta entrada… después enfocó la Luna, que estaba bastante grande, y pude observar sus múltiples cráteres… Le pedí que tuviera a bien enfocar M42 ¡Y lo hizo! Así que vi la Nebulosa con el Trapecio y volví a pedir que enfoque las Pléyades… también lo hizo, y yo casi me desmayo de la emoción!!! Qué maravilla el Universo!!!
Gracias por mostrárnoslo con tanto esmero en este sitio!!!
(Tantos signos de admiración se deben a que de veras me emocioné)

La creo, mi buena amiga, vaya si la creo, pues nunca olvidaré la primera vez que tuve a las Pléyades en mi ocular. Era una madrugada de otoño, y todos dormían, cuando me encontré a solas con la maravilla de las maravillas, sin esperármelo, pues en esos momentos vagaba sin rumbo al ocular de mi flamante telescopio de 70 milímetros. El aparato apropiado para abordar a todo el cúmulo en su justa medida. Le cuento que incluso llegué a emocionarme, y que quede entre nosotros, pues no me gusta dejar traslucir en público mis emociones. Que no se entere nadie, confío en su discreción.
Otro tanto ocurre cuando uno se encuentra con la misma visión que debió tener Galileo, al enfocar a Júpiter y observar lo que él llamó «planetas mediceos», y que usted ha tenido el privilegio de gozar, así como M42, a la cual guardo un especial cariño (no olvide que la elegí como identificador de la bitácora). También, la primera vez que se enfoca a la Luna, cuesta trabajo separarse de tan increíble espectáculo.
Mi enhorabuena, Norma, sabe que me alegro sinceramente de que haya podido disfrutar de esa experiencia, y ojalá pueda repetirla con asiduidad. Muchas gracias por compartirla y un saludo muy cordial.

Todo lo que usted dice es muy cierto, Galileo, y por cierto, prometo discreción…

Me quedo asombrado con una cosa.
¿como pudieron los antiguos acertar al poner el nombre adecuado de un planeta del que no sabian casi nada y encima no era el que más brillaba en el cielo?, no sabian que es el Planeta más grande del sistema solar ni nada pero acertaron al ponerle el nombre del Señor de los Dioses. Alucinante, imagino que habrá sido una coincidencia pero no deja de asombrarme la verdad

esta re linda la pagina porque te muestra los planetas y como son y te enseña cual esta mas cerca del sol y el que esta mas lejos y aprendes mucho y te sirve para la escuela

..El bonito gigante y sus crias que lo marece, es como otro sistema en miniatura. Las 5.2 ua como unidades de distancia no es una pura casualidad ! Parecia un planeta misterioso, pero con toda la informción revelada, detallada en el artículo, ya no lo es, al contrario la posición de Júpiter por ejemplo, equilibra todo un sistema solar. Saludos.

es lomejor del mundo y apren des rapido

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