Anotaciones de observación astronómica elemental

Siempre te recordaremos

 

M44: El cúmulo del Pesebre (Praesepe)

Publicado el 28 octubre, 2010 por bitacoradegalileo

Conocido desde la prehistoria, el objeto número 44 del Catálogo Messier, llamado El Pesebre, es sin duda uno de los más bellos y notables del Cielo. Se trata de un cúmulo abierto visible sin ayuda óptica, que además se sitúa muy cerca de la eclíptica, recibiendo por tanto la visita de la Luna y de los planetas con asiduidad, y que localizamos en la Constelación de Cáncer.

Los cúmulos abiertos, llamados así en contraposición a los globulares (véase M13, el Gran Cúmulo de Hércules, en la fotografía de la derecha), reciben también las denominaciones de cúmulos galáctivos y de cúmulos estelares. Son grupos de decenas, cientos o miles de estrellas originadas en la misma nube de gas, que al colapsar por efectos gravitatorios formaron esas estrellas. Muchas veces el gas ha desaparecido, en todo o en parte, debido a la radiación emitida por las estrellas más brillantes y su aspecto es el de un salpicón irregular de puntitos luminosos, sin estructura y en general asimétricos.

Las estrellas que albergan suelen ser jóvenes (unos cientos de millones de años; compárese con los más de 4.000 millones del Sol), masivas y muy calientes y están esparcidas en tamaños del orden de la treintena de años-luz, y lentamente se van dispersando por el efecto de marea producido por el centro de la Vía Láctea, de manera que al paso del tiempo -millones de años- las estrellas que lo forman se irán mezclando con el resto de la galaxia hasta diluirse por completo (texto recuperado del artículo sobre M45).

Algunos ejemplos, entre otros muchos, son el Cúmulo de Las Pléyades (M45) en la constelación de Tauro (fotografía de arriba a la izquierda), el delicioso Joyero (NGC4755) en La Cruz del Sur (imagen de la derecha), el también notable Cúmulo de Ptolomeo en la Constelación de Escorpio, o el espectacular Cúmulo Doble en Perseo.

Hoy, sin embargo, dirigiremos nuestra atención hacia el precioso y multicolor cúmulo del Pesebre, aunque antes de fijar nuestra mirada en él, haremos una breve incursión por Cáncer, que es la región donde se ubica.

Es Cáncer (El Cangrejo, genitivo Cancri, abreviatura Cnc) una tenue y reducida constelación zodiacal situada al este de Géminis, a quien sigue en su aparición por el horizonte, y al oeste de Leo, a la que precede en su ocaso. Linx (El Lince) es su vecina del norte, mientras en el sur la limitan Hydra y Canis Minor, con la brillantísima Procyon. No hay estrellas brillantes, pues Alpha Cancri, llamada Acubens, es casi de cuarta magnitud, y su estrella más brillante, Altarf (Beta Cancri) es de magnitud +3.53. M67, conocido como Cúmulo del Rey Cobra, es el otro objeto Messier presente en la constelación. Desconozco la razón por la que se le llama de esa forma. Quizás algún lector nos lo pueda decir por medio de un comentario al final del artículo.

En estas fechas (finales de octubre) aparece sobre el horizonte hacia la 1:30 am.

M44 es el Cúmulo de la Colmena (Beehive Cluster para los angloparlantes), pero también, más comúnmente, el Pesebre (latín Praesepe). Este nombre se debe a que está situado entre dos estrellas que tienen nombre de asnos: Al norte se encuentra Asellus Borealis (Gamma Cnc), el asno del norte, una estrella blanca de tipo espectral A1 (blanca) y magnitud +4.7 distante 155 años-luz del Sistema Solar; al sur de M44 localizamos a Asellus Australis (Delta Cnc), el asno del sur, que es amarillenta, tipo espectral K0 de magnitud +3.9 y a la misma distancia de 155 años-luz.

Marte sobre el Allalinhorn
La imagen, tomada durante un viaje a los Alpes suizos, no se limita a mostrar sólo a Marte. Detrás de los pinos que hay en primer plano podemos ver las pendientes que culminan en la cima nevada del monte Allalinhorn. Más allá del monte, nos encontramos con un cielo repleto de estrellas. Justo a la izquierda y un poco por debajo de Marte aparece el cúmulo estelar del Pesebre (M44); en la dirección opuesta (justo arriba y a la derecha de Marte), las estrellas Castor y Pollux se asoman entre las copas de los árboles. (Fuente: http://observatorio.info/2010/03/marte-sobre-el-allalinhorn/)

Ya en el año 260 a.C., el poeta y filósofo griego Aratus llamó a M44 Pequeña Neblina en su obra Phaenomena (aspectos). Hiparco y Ptolomeo también lo incluyen en sus catálogos respectivos, y Johan Bayer lo anota en su carta como Nubilum. Es Galileo quien finalmente descubre su naturaleza: «La nebulosa llamada Praesepe no es una única estrella, sino una masa de más de 40 pequeñas estrellas».

Bajo cielos oscuros, y a simple vista, Praesepe aparece como una mancha de aspecto nebuloso en la que no se resuelve ninguna estrella, pues el miembro más brillante del cúmulo, Epsilon Cancri, tiene magnitud +6.3. Como se trata de un objeto amplio y escasamente concentrado, con unos prismáticos podrán verse sus estrellas más notables. Un telescopio, naturalmente, mostrará más estrellas, pero la dispersión del cúmulo hará que pierda impacto visual al disminuir el campo de observación.

El cúmulo ocupa en el cielo un ángulo de 90′. En él se han llegado a distinguir más de 300 estrellas, y las últimas mediciones revelan que se encuentra a la distancia de 577 años-luz. Tiene una edad estimada de 400 millones de años y su magnitud aparente se cifra en +3.7. En M44 se encuentra una buena cantidad de estrellas dobles y triples, y esta circunstancia aumenta aún más su atractivo para el aficionado.

El eclipse de 2.008, fotografiado desde Mongolia por Miroslav Druckmuller. A la izquierda se sitúa Mercurio, y M44 está a la derecha.

Al tratarse de una constelación zodiacal (Asellus Australis se sitúa justo sobre la eclíptica), no es extraña la presencia en las cercanías del Pesebre de la Luna, los planetas e incluso el Sol, protagonizando frecuentes conjunciones e incluso ocultaciones. En la siguiente imagen, M44 está flanqueado por Saturno (izquierda) y Marte (derecha).

Mitología

Para Eratóstenes, estos dos asnos fueron montados por los dioses Dionisio y Sileno en su batalla contra los Titanes. Los asnos comenzaron a rebuznar con tal fuerza que los Titanes se asustaron, y así los dioses pudieron vencer en la batalla. Los asnos obtuvieron como recompensa un lugar en el Cielo junto con El Pesebre.

Volver al principio del artículo.

Volver al principio de la bitácora.

Subscribe

?
marcianito
250px-Galileo.arp.300pix